Basta de deporte

Hola vida real

Para entender un poco mejor te recomiendo ver el gmail de ayer primero…
Mi historia sigue

Cuando vine a EE. UU., mis intenciones estaban enfocadas en el fútbol, pero al pasar un poco de tiempo, el fútbol pasó a segundo plano totalmente; tuve que priorizar otras cosas para sobrevivir y poder estudiar allá.

Me costó bastante adaptarme, pero por suerte estuve con mi hermano mellizo, Santi.

Sin Santi no sé si hubiera podido. Fue un cambio cultural muy grande, el entorno no era el mismo y no entendía nada del idioma. Mientras estuvimos juntos, nos bancamos mutuamente haciendo más llevadera la experiencia.

Fuimos a EE. UU. cuando el dólar estaba en 16 pesos; a los 2 años o menos, el dólar pasó a 200. Ya era difícil pedirle plata a mi mamá o papá, ellos ya nos bancaban mucho.

Me acuerdo que con Santi comprábamos ropa acá y la vendíamos en Argentina para pagar los pasajes y volver a ver a nuestros amigos y familia.

Hubo momentos peores, momentos en los que no teníamos ni un peso. Literalmente hubo una etapa en donde comíamos fideos todos los días.

Trabajé en un poquito de todo (plomero, landscaping, arreglo de departamentos, pinté departamentos, hice tours por la ciudad de Miami, y ya ni sé qué más).

Después de recibirme, mi hermano se mudó a Barcelona, yo ya decidí quedarme, me mudé a Miami.

Lo lindo es que nunca perdimos nuestra conexión, hablamos casi todos los días, nos compartimos TODO. Lo extraño un montón, hace 3 años que no lo veo.

Ya instalado en Miami, arranqué a estudiar un MBA. Las semanas eran un poco cargadas: me levantaba a las 7 a. m., iba a trabajar en una empresa (mi antiguo trabajo), volvía y a las 18:00 entraba a trabajar en un restaurante. Recién llegaba a mi casa a las 23:00. Así eran varios días.

Fue mi mejor situación económica, pero bueno, trabajaba mucho, 11 horas por día; el máster no se pagaba solo.

Obviamente sigue…

Si llegaste hasta acá, te mereces que te envíe rutinas de movilidad gratis por mi WhatsApp: